TDtice Mario Gas que Pepe Rubianes es un bufón en el sentido espléndido de la palabra, y que, como cualquier artista, tiene un alma altamente inflamable. No sé cuál será el sentido espléndido de la palabra bufón, también Pilar Rahola consideró así al director de Lorca eran todos , cuando le apoyó en su retirada de la programación del Teatro Español de Madrid, tras numerosas amenazas de la ultraderecha. El propio Rubianes, debe considerarse como un bufón, aunque a veces no mide el alcance de sus bufonadas . Es verdad que luego pide perdón y que, como dice Mario Gas, en un país culto y democrático no se pueden confundir las opiniones personales con la obra de un artista.

La libertad de expresión debería estar por encima de las bufonadas y de los que se sienten ofendidos por ellas, pero cuando Mario Gas pide una reflexión a la sociedad, desde la primera página de un periódico de tirada nacional, a mí se me antoja que estos artistas de alma inflamable deberían hacer también la suya propia. Nunca me pondría del lado de los que utilizan la violencia para silenciar a los que no piensan como ellos, pero tampoco de los que se parapetan detrás de su condición (bufón, artista, o lo que sea) para insultar a los otros (extremeños incluidos).

Elvira Lindo decía el otro día que Madrid no se merece que le impidan asistir a la representación de Lorca eran todos . Desde luego que no, ni Madrid, ni los que vivimos aquí, ni los que habrían venido para ver un montaje que nada tiene que ver con las bufonadas de su director. Madrid no se lo merece, y Lorca , menos.