Como un eco de ultratumba, las palabras de la madre de Diana se han utilizado para conmemorar el octavo aniversario de la muerte de la princesa. En unas jugosas declaraciones, hasta ahora secretas, la siempre polémica Frances Shad Kydd (abajo) que falleció el año pasado, niega la teoría de que la muerte de su hija fuera fruto de una conspiración. En sus diarios, inéditos hasta ahora, la mujer vuelve a dejar constancia del poco cariño que le tenía a la familia real británica, a los que califica como un grupo de "enanos alemanes", en alusión al origen de la dinastía Windsor.

La prensa británica no ha querido desaprovechar tan señalada fecha para publicar los diarios de la rebelde aristócrata, en los que califica de "basura" las insinuaciones de quienes sostienen que la muerte de Diana y Dodi, el 31 de agosto de 1997, fue provocada. Los diarios, publicados ahora por un periódico, son fruto de unas conversaciones que la madre de Diana tuvo durante años con un periodista amigo suyo, Mike Merrit, en su retiro de la Isla de Seil (Escocia). En ellos, califica de "malvado" al magnate Mohamed al Fayed, padre del novio de su hija, y principal promotor de la teoría del complot.

Pero los ataques no se quedan ahí. De Carlos, pensaba que era "un niño malcriado" y llama "granuja" al príncipe Enrique. Tampoco sentía simpatía por la reina madre, de la que dijo que "puede ser bastante arpía". Sin embargo, niega las desavenencias entre su hija e Isabel II: "Es una tontería decir que no se llevaban bien. Se tenían respeto y admiración".

No sólo las pullas de la madre de Lady Di sirven para recordar la muerte de la princesa. La prensa lleva días publicando declaraciones que contradicen la teoría del asesinato de Diana (arriba, su muñeco de cera, junto al del príncipe Guillermo, en el Museo Madame Tussaud de Londres, ayer.)

En una de ellas, un guardaespaldas de Mohamed al Fayed le acusa de haber dejado que un chófer borracho llevara el Mercedes, y sostiene que, a pesar de no ser "emocionante", la verdad es que el accidente lo provocó la velocidad del coche.