La madre de Letizia permanece "atrincherada" en su domicilio a la espera de que amaine el interés mediático con todo lo relacionado con la boda. La preocupación más inmediata: encontrar el traje perfecto para la petición de mano de su hija. Tarea complicada si, a 24 horas del acontecimiento, no puede salir de tiendas.

Paloma Rocasolano (Madrid, 1952) es ahora la madre de Letizia. Sólo eso. Pero hasta que la noticia del año saltó a todas las portadas, era también enfermera y destacada sindicalista. "Lo sigo siendo", precisa a este diario, y "cuando acabe todo esto", añade, volverá a ser lo que era. Lo que es. "Tengo que volver a mi trabajo, seguir con mi vida", dice, como si a base de repetirlo se le hiciera más corta la espera.

La madre de Letizia admite que no sale "para nada" desde que el sábado TVE le confirmó lo que ya sabía: que su hija era la novia del Príncipe. Un puñado de paparazzi viven apostados en su puerta. Dentro, su nieta de 3 años reclama atención a una abuela pegada al teléfono. Todo esto parece demasiado para una mujer que no es sólo una madre.

Paloma estudió enfermería en Madrid y se especializó en Oviedo. La tierra natal de su madre acabaría por serlo también de sus tres hijas, porque en Asturias se casó con el periodista radiofónico Jesús Ortiz. Aficionada a la literatura, Paloma buscó en las mitologías los nombres de sus hijas. Para la mayor, Letizia, optó por la diosa latina que "da alegría y placer". Para Telma, que significa "amabilidad", recurrió a los griegos. De los germanos tomó Erika, el nombre de "la princesa honorable".

Mientras vivió en Oviedo, Paloma fue la jefa de extracciones en el ambulatorio de La Lila. El traslado a Madrid le condujo a "otra faceta" de su profesión: es delegada del sindicato mayoritario en enfermería. Paloma, separada de Jesús desde 1998, vive ahora cerca de su hija Erika en un barrio obrero de Madrid.