Yo la quería mucho,/ pero me quedé sin ella,/ caí en una depresión,/ sólo por ella.
¿Por qué se tuvo que ir al cielo?/ Ella era tan feliz aquí./ Nunca quisiera olvidarla,/ aunque tenga recuerdos dentro de mí.
Yo me quisiera ir con ella,/ pobrecito de mí,/ yo no me quiero morir,/ pero por estar con mi madre/ dejo de vivir.
El domingo la Virgen de la Montaña y tus hijas te estuvieron esperando para echar el "Viva" como tú lo hacías cada año. Te queremos, madre, nunca te olvidaremos.