Una mujer de 32 años, G.P.S., falleció el viernes por la noche tras lanzarse al vacío desde la azotea de un edificio de seis plantas tras asestar varias cuchilladas a su hijo de 10 años. El menor se encontraba ayer fuera de peligro en un hospital ya que sus heridas son superficiales.

El drama se inició en el segundo piso del número 2 de la calle de Puerta Nueva de Murcia, junto a la universidad. Según las primeras investigaciones, la madre recriminó varias veces a su hijo el mal comportamiento que tenía y en un primer momento lo golpeó. Después, cogió un cuchillo y le asestó cinco puñaladas en el pecho y en la espalda mientras el menor gritaba "mamá, estas loca" varias veces.

El niño quedó rodeado de un charco de sangre en el suelo como consecuencia de las heridas, lo que afectó a la madre. El abuelo del menor, que también vive en el mismo domicilio, le arrebató el cuchillo a su hija, pero no pudo impedir que ésta saliera de la casa, cogiera el ascensor y subiera a la azotea del edificio, desde donde se lanzó al vacío. La mujer cayó al jardín de la casa colindante y falleció al instante.

LA SITUACION FAMILIAR El menor fue trasladado al Hospital Morales Meseguer, donde le detectaron heridas superficiales y posteriormente fue trasladado a la unidad de escolares del Hospital Virgen de la Arrixaca, donde quedó ingresado tras recibir un tratamiento de tranquilizantes y antibióticos.

Ambos vivían en casa de los abuelos. Según relató a la policía el padre de la fallecida y abuelo del menor, la mujer, que no estaba casada con el padre de su hijo, tenía frecuentes trastornos psíquicos, por lo que recibía medicación con frecuencia.

Tanto la fallecida como su hijo convivían desde siempre en el piso de los abuelos, ubicado en un edificio de unos 40 años de antiguedad en el centro de Murcia. Los vecinos explicaron que la mujer no era una persona conflictiva y se mostraron sorprendidos por lo ocurrido, aunque conocían sus desequilibrios.

En el Instituto Anatómico Forense se le iba a practicar la autopsia al cuerpo de la mujer para determinar si había restos de fármacos u otras sustancias de estupefacientes en su organismo que pudieran ser la causa de su reacción desproporcionada a la desobediencia del pequeño.