La inmensidad desértica del Sáhara Occidental se ha convertido en la nueva gran base de operaciones de las mafias especializadas en introducir a sin papeles en Canarias. Hasta hace poco, esas redes actuaban cerca de la costa. Pero ahora, con el fin de huir de la presión creciente de la policía marroquí, se adentran cientos de kilómetros en el desierto. Allí, entre dunas, improvisan auténticos astilleros de pateras.

Un alto mando de la Gendarmería Real marroquí destinado en El Aaiún mostró a EL PERIODICO decenas de fotos de esas factorías enclavadas en medio del desierto de la excolonia española, ocupada por Marruecos desde 1975. En las imágenes, tomadas desde un avión, pueden verse los armazones de las barcas, maderos amontonados y hasta pateras recién construidas. En otras fotos aparecen los campamentos donde se hacinan los inmigrantes. Estos, en su mayoría, son subsaharianos, aunque cada vez hay más asiáticos.

LA ESTRATEGIA "Nosotros desmantelamos muchos campamentos que había cerca de las playas y ahora las mafias han decidido ir hacia el interior porque piensan que no vamos a seguirles hasta allí", dice el responsable de la gendarmería. "Y en eso se equivocan", concluye tras insistir en el gran número de redadas que se están llevando a cabo en el desierto. La última se produjo a primeros de marzo, cuando los agentes detuvieron a un grupo de 64 subsaharianos y 36 asiáticos. Antes, el 13 de enero, fueron arrestados 68 subsaharianos, y el día 29, 26 asiáticos.

También alardea de que una de las últimas operaciones se produjo coincidiendo con la llegada a El Aaiún de los agentes de la Guardia Civil destinados a las patrullas conjuntas. "El 26 de enero subieron con nosotros al avión a patrullar el desierto. Durante la exploración --explica- descubrimos un campamento".

Las mafias contratan a carpinteros para fabricar las barcas. Luego los trasladan hasta el lugar de los cuarteles clandestinos. Allí, además de madera, llevan útiles para soldar, baterías, motores y bidones de gasolina. Los sin papeles , siguiendo las instrucciones del carpintero, construyen su patera. Para esconderlos, las mafias colocan los astilleros al pie de dunas enormes. Así, una patrulla puede pasar a escasos metros y no ver nada. La otra opción es alojarlos en cuevas.