De Maika Vergara, la periodista de Salsa rosa fallecida el pasado martes, se elogian estos días sus entrevistas con los famosos de Marbella y su desenvoltura de abuela estupenda. La televisión la ha hecho famosa pero desde hace años era la periodista estrella de Marbella, la única que controlaba a todos los personajes, a quienes Maika conducía hacia las páginas de ¡Hola! dotándolos de un glamour del que muchos carecían.

La periodista fallecida había estudiado para enfermera, pero a los veintipocos años, viuda y con dos hijas pequeñas, entró en Telefónica, en donde trabajaba su padre. Esa circunstancia hizo que la escogieran como persona de confianza para ser una de las operadoras de la centralita que se montó en La Paz durante la agonía de Franco. Maika siempre contaba que aquellos días del otoño de 1975, en los que lógicamente se enteraba de todo lo que pasaba, soñaba con ser periodista.

El oficio le llegó por amor. Novia del fotógrafo José Manuel Otero, famoso paparazzi de la época dorada de Marbella, empezó a acompañarlo en las guardias y en las entrevistas. Coqueta y lista, logró conocer y cautivar a los personajes de Marbella y de la farándula de Madrid; dejó sus trabajos y formó tándem personal y periodístico con Otero.

Del periodismo de trinchera, Maika pasó al de salón. Se separó de Otero y hace 15 años se casó con el también fotógrafo Angel Llamazares, con quien compartió las mieles de las exclusivas millonarias. Luego llegó la tele y la fama. Maika se disfrazó de rica marbellí y elaboró un personaje en el que escondió su verdadera alma de mujer y madre luchadora. Descanse en paz.