Aunque en general es una infección benigna, y a pesar de las medidas preventivas, la gripe acelera la muerte cada año de unos 3.000 españoles, una cifra muy similar a la que produjeron los accidentes de tráfico (3.038) durante el año pasado, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

La Separ calcula que las muertes por complicaciones gripales se producen en el 1% entre los niños y se eleva al 15% entre los ancianos o personas con dolencias crónicas cardíacas o respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) de los fumadores.

Los expertos matizan que en estos casos --provocados por el abuso del tabaco y que hoy afectan al 9% de los españoles mayores de 45 años--, la infección complica la evolución de la enfermedad previa y llega a provocar la muerte del paciente.

Además de las medidas preventivas como la vacunación, las bronquitis crónicas generan más de 10 millones de consultas al año en atención primaria y hospitales.