Viento, lluvia y frío en una tarde desapacible durante la que se celebró una novillada con picadores dentro del ciclo taurino organizado en el marco del IV Salón del Vino y la Aceituna de la ciudad de Almendralejo. Menos de un cuarto de plaza asistió a la lidia de los novillos de Guadalest, desiguales de presentación y manejables en general, destacando especialmente el cuarto, al que se le dio la vuelta al ruedo.

Los novilleros Miguel Angel Perera (una oreja tras aviso y dos orejas tras aviso) y Javier Perea (una oreja en cada uno) salieron a hombros al término de la novillada. Emilio de Justo (ovación tras aviso y una oreja) apenas pudo lucirse. El cuarto novillo dio buen juego y con él se lució Perera, que desarrolló una faena larga, maciza y muy intensa.

Javier Perea demostró su oficio y técnica y De Justo disposición, ganas y entrega, pero sin gran brillantez.