Son camioneros, amas de casa, carpinteros, maestros, comerciantes y hasta carteros. Son de Santa Amalia y tienen un elemento común que les apasiona: cantar. Son los componentes de la coral ´Paula Flores´. Sin embargo su afición por cantar les cuesta dinero. "Formamos parte de la única coral que paga por cantar", comentan.

La crisis acaba llegando a todo y a la coral Paula Flores se puede aplicar, nunca mejor dicho, aquello que decía el mítico grupo de los años 80, Golpes Bajos, son malos tiempos para la lírica. Tampoco iría desencaminado lo que afirmaba Groucho Marx en la película ´Una noche en la ópera´ cuando dijo aquello de que "si no cantaban mucho, podían llegar a fin de mes".

Lo de pagar por cantar tiene su explicación, ya que, según afirman, "no cobramos por las actuaciones y encima tenemos que pagar de nuestro bolsillo las cuotas de la asociación que tenemos constituida".

La coral Paula Flores debe su nombre a la que fue primera directora de la agrupación, que a su vez fue esposa del escritor Patricio Chamizo, autor entre otras obras, de una versión teatral del Crimen de Inés María, de Don Benito. Actualmente está al frente de esta coral la joven Macarena Rivas. Pese a que, como dicen, esto de cantar les cuesta, no paran de tener actuaciones. La más reciente en Guadalupe en un concierto que han dedicado a Josefina Muñoz, una de las voces del grupo.

Sus componentes, en su mayoría polifacéticos, tiene una vena artística. Antoñito, por ejemplo, igual hace de romano en las obras de teatro de Isidro Leyva en Medellín, que acude vestido de torero al último partido clasificatorio de la selección española de fútbol en Mérida. Diego Molino, el carpintero, es todo un manitas en la elaboración de decorados. Sus trabajos son requeridos no solamente por canales de televisión, sino por prestigiosas compañías teatrales como las del propio Moncho Borrajo. Flores, el maestro, es un trotamundos de la bicicleta, y ha hecho hasta en siete ocasiones el Camino de Santiago. Y entre tenores y sopranos tenemos hasta una pareja de carteros, Víctor y Pilar, que entre postal y postal, también dan la nota musical.

Félix, otro de los ´Pavarrottis´, es un habitual del karaoke e incluso ha probado en algunos castings de televisión con su habilidad para imitar a Raphael o Nino Bravo. No obstante, hasta ahora no ha tenido una forma muy convencional de codearse con los artistas. En peripecias totalmente verídicas, no ha hecho duetos con Mark Knopfler, pero sí puede presumir de haberse comido unos churros con él y el resto de los Dire Straits en un encuentro casual en Mérida. Eso sin contar cuando hace muchos años ayudó a empujar el coche a Los Chichos o se tropezó con el mismísimo José Vélez.