THtoy es sábado y media Extremadura está de puente, pero mi carnicero trabaja. Prepara albóndigas, aliña morunos, sazona muslitos, parte conejos, corta secretos y filetea con arte los rabillos de cadera, que ya se sabe lo difícil que es hacer filetes bonitos de un rabillo de cadera. Mi carnicero se llama Manolo y es un hombre educado que no va de tendero moderno ni te llama macho, tío, colega o tronco. El atiende con mimo, da conversación si se la pides y te ofrece con sutileza, sin agobios. Pero hoy es sábado y le toca también trabajar.

En estos puentes que tan bien sientan, mi carnicero, mi multitendera, mi mercera y mi cajera del híper trabajan más que un día normal. Ellos son los únicos ciudadanos que se alegran cuando un sábado cae en fiesta. Para el resto de los mortales, un sábado feriado es una faena. A mi carnicero le sabe a gloria.

El comercio raramente disfruta de dos días seguidos de fiesta y eso debe de ser duro. El otro día fui a comprar la carne picada, la aguja del cocido y las patateras de Torrejoncillo y Manolo se puso reivindicativo. En su voz me pareció escuchar a todos los tenderos de Extremadura: "Los concejales debería pensar algo más en nosotros y poner los días festivos de las ferias locales en lunes, para que también disfrutemos de algún puente". En Cáceres y en las ciudades extremeñas, los puentes locales de libre elección siempre comienzan en viernes y todos nos ponemos muy contentos... Todos menos mi carnicero, mi multitendera, mi mercera, mi cajera...

*Periodista