Manuel Chamorro es experto en investigaciones de accidentes aéreos. Piloto de Spanair, amigo del comandante Antonio García Luna --fallecido el miércoles en la tragedia de Barajas-- y exteniente coronel del Ejército español, ha participado en una docena de investigaciones de este tipo. Entre ellas, la del CN-235, un aparato de Binter Mediterráneo que el 29 de agosto del 2002 salió de Melilla y cayó cerca de Málaga, causando la muerte de cuatro personas. Su experiencia le hace sostener que hay varios aspectos que hay que mejorar en el funcionamiento de las comisiones de investigación, como la creada a raíz de la reciente catástrofe de Madrid, de la que forman parte expertos españoles, norteamericanos, de la Agencia Europea de Seguridad Aérea y de la empresa fabricante del avión siniestrado, McDonnell Douglas.

--La comisión de investigación de accidentes aéreos está rodeada de cierta polémica en España porque depende del Ministerio de Fomento, del que también depende Aviación Civil, que puede tener alguna responsabilidad en la tragedia de Barajas. Para algunos, esto le resta imparcialidad. ¿Está de acuerdo con esta crítica?

--Aquí no es del todo independiente, pero hay cierta independencia porque la comisión está dentro de la Secretaría General de Transportes, que, aunque también es un organismo de Fomento, no depende de Aviación Civil. Por otra parte, hay que aclarar que su función no es depurar responsabilidades, sino prevenir para que accidentes como el del miércoles pasado no se vuelvan a repetir. Sin embargo, en Estados Unidos, por ejemplo, la comisión de investigación no depende del Gobierno; depende del Congreso. Si en España ocurriera lo mismo, el organismo, al menos sobre el papel, sería más independiente y sus recomendaciones tendrían bastante más fuerza.

--¿Acaso no la tienen ahora?

--Pues no mucha. La ley de seguridad aérea, aprobada en el 2003, cuando gobernaba el Partido Popular, dice que las recomendaciones de la comisión son públicas y pueden llegar a ser obligatorias, pero en la realidad no existe un mecanismo en España para que estas medidas se hayan de cumplir. Hay cerca de setenta accidentes aéreos al año en nuestro país; afortunadamente la inmensa mayoría son de escasa importancia, pero las medidas que se recomiendan tras esos siniestros no suelen cumplirse. En el Reino Unido, en cambio, se estudia al final de cada año si se han puesto en práctica las recomendaciones y estas acaban cumpliéndose.

--¿Por qué allí sí y aquí no?

--En ambos lugares las medidas que propone la comisión son públicas, pero se trata de una cuestión cultural. En España tenemos otra cultura.

--¿Considera que esa cultura se aplicará en un caso como el sucedido en Barajas?

--Espero que no, porque esto no es un accidente de una avioneta dedicada a extinguir incendios. Aquí estamos hablando de muchísimos muertos. La Administración tiene que ser, en este caso, exquisita. Si no, sería una burla al dinero y tiempo invertido en la comisión y, sobre todo, a los 153 fallecidos.