Las playas de Galicia quizá no estén limpias este verano, pero no hay motivo para preocuparse. El Gobierno ha previsto un sistema para evitar sustos a los bañistas. Banderitas de diversos colores les advertirán sobre el nivel de contaminación. Habrá un color para las playas con chapapote, otro para las amenazadas por la llegada de fuel y un tercero para las limpias.

Esta medida preventiva fue anunciada ayer en el Congreso de los Diputados por el comisionado del Gobierno para el caso Prestige, Rodolfo Martín Villa. El hombre que ha sido designado por el Ejecutivo considera que la mayor parte del litoral estará en "buenas condiciones para la campaña turística", pero, por si acaso, se ha previsto informar a los potenciales usuarios diariamente del estado de la arena y el agua.

El comisionado también informó de que las compañías petroleras TotalFina, British Petroleum, Shell y Petrobras cooperarán con la española Repsol en la solución final para el fuel que todavía permanece en el pecio hundido del buque. Petrobras, la compañía petrolera brasileña, participará por su experiencia en prospecciones a profundidades que se aproximan a las de la fosa donde yacen los restos del barco.

Al margen de estos datos, Martín Villa, que comparecía por primera vez en el Congreso, no despejó ni una sola de las incógnitas abiertas en el caso. Se negó a cifrar, ni siquiera por aproximación, cuánto fuel queda todavía flotando en el mar. "Me dicen los técnicos que podría fijarse la cantidad con un margen de error de entre el 15% y el 20%, pero nadie quiere poner su firma y su timbre en el dato, y en estas condiciones yo voy a optar por la prudencia", advirtió. Tampoco aclaró las dudas sobre el calendario de la extracción del fuel. "No sé si se podrá acabar en verano, estamos en manos de Repsol", dijo.

APOYO AL ALEJAMIENTO

Lo único que dejó claro por primera vez es que respalda al 100% la gestión del Gobierno en toda la crisis. "No fue un error alejar el buque de la costa", afirmó, y aseguró que el Ejecutivo "puede estar tranquilo" con las decisiones que se han tomado.

Ante esas manifestaciones, Diego López Garrido, el portavoz del PSOE para el caso Prestige, dijo sentirse profundamente "decepcionado" y haber llegado a la conclusión de que el nombramiento de Martín Villa obedeció simplemente al intento de "poner una pantalla protectora delante de las autoridades políticas responsables" de la catástrofe.