El nuevo Código Penal ha entrado en vigor con un gran impacto entre los infractores, superior al que tuvo el carnet por puntos. En sus dos primeras semanas, más de 1.000 protagonistas de los nuevos delitos contra la seguridad han pasado por el mal trago de ser detenidos, fichados y, en la mayoría de los casos, incluso condenados con la retirada del carnet por muchos meses, trabajos comunitarios y multas que rondan los 1.000 euros.

Hacerse con la cifra total de los conductores detenidos no es tarea fácil debido al gran número de fuerzas de seguridad que intervienen, pero basta recopilar los datos facilitados por las administraciones más importantes para percatarse de la importancia del fenómeno. Entre el 2 y el 14 de diciembre, la Guardia Civil había detenido en el territorio de su competencia --toda España a excepción de Catalunya y Euskadi-- a 724 conductores. Los Mossos d´Esquadra, a otros 253 (entre el 2 y el 16); la Guardia Urbana de Barcelona, a 116 (entre el 3 y el 16), y la policía municipal de Madrid, a 67 (entre el 2 y el 19). Total: 1.160. Y en este recuento faltan todavía los datos de la Ertzaintza, que no los facilitará "hasta un mes después de la entrada en vigor de la nueva ley", según dijo un portavoz, así como los de centenares de policías locales del resto de municipios de España.

POSIBLE COLAPSO JUDICIAL Un cálculo rápido arroja un resultado espectacular: de seguir el ritmo actual, no menos de 30.000 conductores pasarán delante del juez en un año. Si se tiene en cuenta que aún faltan por procesar los detectados por los radares fijos --que siguen un trámite más lento-- y que el 1 de mayo será también delito conducir sin carnet, la cifra puede llegar a ser mucho más abultada, lo que alimenta a las voces que alertan de un posible colapso judicial.

Sin embargo, hay dos factores que, según el director general de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, llaman a la tranquilidad y al optimismo. Por un lado, sus servicios constatan que el número diario de detenidos se halla en descenso. "El mensaje disuasorio ha empezado a llegar. El objetivo de la ley no es detener a los conductores, sino evitar que beban y corran demasiado. Creo que estamos empezando a conseguirlo. Por lo pronto, las comilonas de Navidad que se hacían en el entorno de Madrid se están desplazando a restaurantes del interior de la capital. La gente empieza a interiorizar que no puede beber", destaca.

En segundo término, conviene tener en cuenta que la mayoría de los detenidos están aceptando la propuesta de condena de la fiscalía. Según Navarro, "los juicios están durando una media de unos cuatro minutos".

El hecho de que más del 90% de las detenciones estén siendo por alcoholemias positivas pone de relieve también que en España se bebe mucho y que, pese a todas las campañas de concienciación, el binomio alcohol y conducción continúa siendo algo común. Un trabajo de campo llevado a cabo por EL PERIODICO, aprovechando las tradicionales comilonas navideñas, revela que para alcanzar la tasa penal --0,60 miligramos por litro-- hay que beber mucho.

Un hombre de 63 kilos, por ejemplo, necesitó una cerveza, seis copas de vino, un carajillo y dos copas de cava para dar 0,65 miligramos por litro.

Otra constatación del experimento llevado a cabo con el alcoholímetro es que se producen muchas y sorprendentes oscilaciones que contradicen todo lo oído por boca de los expertos. Con una dosis relativamente baja --dos cervezas y una copa de cava--, un hombre de 74 kilos de peso superó los 0,25 miligramos que comportan una multa y la pérdida de cuatro puntos, mientras que una mujer de 45 kilos dio 0,08 con exactamente la misma cantidad de alcohol.