Más de 2.000 personas han asistido esta mañana en Sant Boi al funeral por los cuatro niños que murieron el pasado sábado al derrumbarse un pabellón deportivo en este municipio barcelonés debido al fuerte temporal de viento.

El obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustín Cortés, ha oficiado la ceremonia en el polideportivo La Parellada de Sant Boi, a la que ha asistido el presidente de la Generalitat, José Montilla, la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el conseller de Interior, Joan Saura, así como otras autoridades locales y comarcales.

Durante la homilía, el obispo ha recordado a las familias de las víctimas que no están solas y que toda una ciudad comparte su dolor, y ha querido dar "esperanza y fuerza" a las familias destrozadas por el dolor.

El obispo de Sant Feliu también ha tenido un recuerdo para los nueve heridos en el siniestro que continúan hospitalizados y evolucionan favorablemente.