Moribunda y casi sin aliento, la anciana, de 72 años, aún encontró fuerzas para salir de su casa de Ayamonte (Huelva) en la medianoche y alertar a los vecinos de la brutal paliza que ella y su marido, un exguardia civil de 77 años, acababan de recibir de un grupo de desconocidos. A las pocas horas, ambos perdieron la vida en un hospital debido a los fuertes golpes que les asestaron en la cabeza.

Las primeras hipótesis apuntan a que el asesinato fue consecuencia de un intento de robo, aunque los investigadores no descartan otros móviles mientras sus vecinos se mostraron perplejos: "No tenían enemigos. Se dejaban ver mucho por el pueblo, siempre muy pendiente de su nieta, huérfana de padre".