Ambos procesados crearon respecto a Alba un clima de sistemático maltrato físico y vejatorio que se concreta en los actos de violencia". La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas que suman 20 y 22 años de prisión a Ana María Cano, la madre de la pequeña de Montcada i Reixac (Barcelona), y a Francisco Javier Pérez Espinosa, su compañero sentimental. El acusado agredió y maltrató a la niña, que ahora tiene 6 años y que padece una invalidez irreversible, y la mujer lo consintió y "no adoptó decisión alguna para evitar el comportamiento vejatorio" por parte de su pareja poniendo "en peligro la integridad física de la menor".

El tribunal de la Sección 20, atendiendo a la gravedad de los hechos, lo prolongado en el tiempo, la circunstancia personal y la edad de la víctima (entonces tenía 4 años) y las secuelas causadas impone en todos los delitos una condena en su grado máximo. Y no solo eso, sino que castiga a los dos procesados a pagar a la niña una indemnización de 1,5 millones de euros, a la madre le quita la patria y potestad --por el grave incumplimiento de sus deberes de cuidado y asistencia de su hija-- y rechaza con contundencia la petición de la mujer de ser informada "ni directa ni indirectamente", en la cárcel donde se encuentre, del estado de salud y evolución de la pequeña.

ZARANDEO BRUTAL La resolución judicial, que ocupa 66 hojas, detalla con claridad las vejaciones, malos tratos y agresiones que padeció la menor y relata con exactitud cómo el procesado, en al menos dos ocasiones, "la ató fuertemente con un cinturón de albornoz en una de las sillas del comedor poniéndole los brazos por detrás del respaldo, y dado que a Alba no le entraba la comida y la vomitaba al suelo, el acusado recogía sus vómitos con un cuchara y se los metía de nuevo en la boca hasta que conseguía que se los tragara". Para obligar a la niña a beber agua, también le tapaba la boca con un precinto y esparadrapo al que le hacía un pequeño orificio en el que introducía una jeringuilla. Para los jueces, la madre era conocedora de estas atrocidades.

El suceso más grave se produjo el 4 de marzo del 2006, cuando Francisco Javier Pérez "movido como en otras ocasiones anteriores con la intención de menoscabar la integridad física de la menor", zarandeó "brutalmente y con tal violencia" a la niña Alba que le causó un hematoma en la cabeza que la dejó en coma. La pequeña necesitará de por vida ayuda de terceras personas y nunca volverá a hablar con fluidez ni a caminar.

DECLARACION DE SU HIJA Los magistrados han aceptado como válidas las palabras de la hija del procesado, Maite, que tenía 6 años, y que relató en una exploración judicial cómo su progenitor maltrataba a Alba e, incluso, llegó a hacer a sus muñecas las mismas vejaciones a la que era sometida la menor, según ha señalado la madre biológica de Maite.

El fallo considera que, por su corta edad, la testigo carecía de capacidad suficiente para discernir entre decir o no la verdad ni tampoco para ser consciente de si su declaración podía perjudicar a su padre.