Noelia de Mingo, la médica que mató a tres personas en una clínica de Madrid en el 2003 y lo intentó con otros siete, no es una asesina. Es una enferma mental. Así lo considera el tribunal que la ha juzgado desde el pasado 9 de mayo y que ayer emitió su sentencia absolutoria.

El fallo, emitido por la Audiencia Provincial de Madrid, exime a la doctora de todos los delitos de los que se la acusaba y le aplica el eximente de enajenación mental. Como "medida de seguridad", el tribunal sí que ordena a De Mingo a ingresar en un psiquiátrico penitenciario durante un máximo de 25 años. De él solo podrá salir con una autorización judicial.

INDEMNIZACIONES La sentencia insta a la médica a indemnizar a las familias de los fallecidos y los heridos con un importe global que supera el millón y medio de euros. El tribunal considera que la Clínica Jiménez Díaz, donde trabajaba la médica como residente, es responsable civil subsidiaria ya que sus responsables no hicieron nada a pesar de saber por otros médicos residentes y enfermeras que De Mingo tenía problemas mentales. Por tanto, la aseguradora Mapfre Industrial deberá hacer frente a los pagos, que no serán superiores a 1,2 millones de euros ni sobrepasar los 300.000 euros por víctima, según establece el fallo judicial.

Los familiares de los tres fallecidos consideraron una "victoria moral" el hecho de que la sentencia tenga en cuenta la responsabilidad de la Clínica Jiménez Díaz, aunque no descartaron seguir "luchando" para que los responsables del centro se sienten también en el banquillo. La presidenta de la asociación El Defensor del Paciente, Carmen Flores, aseguró que su organización también estará presente en ese futuro juicio.

REACCION DE FAMILIARES Javier H., hijo de una de las fallecidas destacó que no debería salir del psiquiátrico penitenciario, informa Europa Press. "No sé si alguien le ha visto la mirada a esta señora. Tiene mirada de asesina, no tiene cara de haberse arrepentido de nada", comentó.

La madre de una médica residente a quien De Mingo asesinó aseguró que prefería ver a la acusada entre rejas. Además, despotricó contra los máximos responsables de la Jiménez Díaz, quienes "no hicieron nada sabiendo que estaba enferma". "Era una bomba que de un momento a otro iba a explotar", destacó.

Todos coincidieron en afirmar que el hecho de que hayan condenado a la Fundación es "muy bueno" porque, en su opinión, "sabían que estaba enferma y podían haberlo evitado".