Cuando no es la gripe son las intoxicaciones o el cierre de camas en verano. Pero la realidad es que las urgencias hospitalarias están "siempre o casi siempre saturadas". Así lo denunció ayer Manuel Moya, presidente del Congreso Nacional de Médicos de Urgencias y Emergencias, que reúne en Madrid a 1.600 profesionales de los 9.000 que se dedican en España a esta especialidad.

Moya, jefe de urgencias del madrileño hospital Puerta de Hierro, atribuye la "saturación endémica" a la falta de drenaje de los enfermos que acuden a estos servicios, que llegan a quedarse días en ellos en lugar de ser transferidos a otros especializados. Este atasco, provoca a su juicio, el retraso en la asistencia.

PLANTILLAS CORTAS Los médicos de urgencias, que luchan porque el Ministerio de Sanidad les reconozca como especialidad, también culpan de la situación a la escasez de profesionales formados en este área y consideran que deben aumentarse las plantillas de estos servicios "en un 10% como mínimo".

Este porcentaje es, a su juicio, imprescindible para evitar que el grueso de las atenciones recaigan sobre médicos residentes, poder atender bien a los pacientes y destinar profesionales a investigación y docencia. "Si esto sigue así, en unos años no habrá recambio", sentenció Moya.

Según la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, estos profesionales realizan cada año cerca de 40 millones de actuaciones, con una valoración muy positiva, según el último barómetro realizado por el Ministerio de Sanidad.

Las nuevas drogas de síntesis, cuyo catálogo se amplía cada año en decenas, es uno de los retos de estos médicos para diagnosticar y atender correctamen, según Pere Munné, responsable de la unidad de toxicología del Clínico de Barcelona.