Con tensión pero con serenidad, los cubanos se enfrentaron ayer a los primeros efectos del potente huracán Iván, cuya llegada está prevista para la madrugada de hoy y ya causó cielos nublados, lluvias y fuertes ráfagas de viento y marejadas. El ojo del ciclón se desplazaba ayer al sur de las islas Caimán, a una velocidad de 15 kilómetros por hora, con vientos de 250 kilómetros en un radio de más de 500 kilómetros. Por eso sus efectos más destacados fueron fuertes marejadas, con olas de 10 metros de altura, que dañaron dos hoteles de Santiago de Cuba.

Miles de turistas han sido evacuados por las autoridades a lugares seguros. Sólo en Varadero hay 13.000 y otros

4.000 en Cayo Coco.