Señor, no lloramos porque te la llevaste, sino que te damos las gracias por el tiempo que la tuvimos con nosotros.San Agustín.Al final nos dejaste querida Mari Angeles, cómo te recuerdo mi niña, con esa carita angelical que me sonreías cuando te decía que te veía mejor, qué guapa estabas a pesar de tu enfermedad.Nunca olvidaré una mañana que te dije para animarte: cuando estés bien te vienes de voluntaria con nosotras a visitar a los enfermos, y te di una plaquita de la asociación para la solapa, qué contenta te pusiste... también recuerdo mi niña lo que me dijiste de tu enfermedad, que no te importaba, que lo pasabas todo por tu hija, para que ella siempre estuviera bien, me impresionó con la fuerza que me lo dijiste. Pero cuando fui a una misa que tus padres mandaron decir en tu memoria, y en la homilía el padre Miguel Angel dijo que a él también se lo habías dicho que todo lo pasabas por tu hija, no pude contenerme... Querida Mari Angeles, te fuiste al Cielo y ahora puedes velar por todos a los que quisiste, tu hija, tus hermanos, tus padres que están rotos de dolor, porque no es lógico que unos padres vean irse a sus hijos, eso es lo peor de lo peor, y lo digo por experiencia... Mi querida niña, descansa en paz, que ya bastante sufriste aquí.Y a vosotros queridos amigos Rafael y Angelita, pido a Dios que os dé fuerzas para seguir adelante, sé todo lo que habéis sufrido, pero os queda la tranquilidad de haberlo hecho muy bien, la tuvisteis siempre a vuestro lado, pendientes de todo lo que necesitaba, yo he visto el amor y el dolor en vuestra cara, y sin quejaros, y eso os debe de dar mucha tranquilidad. Como dijo el padre Miguel Angel, siempre estará con nosotros... porque como dice una escritora, la muerte no existe, la gente sólo se muere cuando la olvidan, si me puedes recordar, siempre estaré contigo... Pues eso amigos, cómo la vamos a olvidar, siempre estará con nosotros. Angelita, Rafael, sois personas de fe en Dios y eso es lo que os puede consolar.Sabéis que me tenéis a vuestra disposición para si me necesitáis.Mary Durán Calle