En estos días que Monroy celebra sus tradicionales fiestas de septiembre recuerdo con cariño, hace ya la friolera de veinticinco años que al ser coordinador de éstas invité a mi maestro y amigo Juan Casares a que diera el pregón de las mismas y glosara ante una plaza mayor repleta de sus paisanos las costumbres y tradiciones de este su pueblo de adopción.

A principios de verano nos dejaba Juan Casares a la edad de 98 años; este trabajador incansable nacido en Cáceres en el seno de una familia humilde: su padre trabajaba de minero. Juan era el mayor de diez hermanos. Estudió Magisterio y después de la guerra ejerció de maestro en Salorino, Talaveruela de la Vera, donde nacieron sus hijas Adela y Mariángeles, y Monroy, donde nacieron sus hijos Juan y Julio.

Juan Casares decidió quedarse a vivir en Monroy donde desempeño un sinfín de tareas: Maestro y director de las escuelas desde 1944 hasta el año de su jubilación en 1978; Funcionario de la caja de ahorros durante 20 años; Funcionario de los sindicatos obreros verticales; Encargado de los seguros sociales de los empresarios de Monroy; Encargado de la contabilidad de las fincas de las Lapas de esta población; Juez de paz; Delegado de deportes; Fundador del equipo de fútbol para participar en las ligas del cinturón de Cáceres; Corresponsal de prensa deportiva; Daba clases para la preparación del Bachillerato y de las oposiciones a las fuerzas armadas policía y guardia civil; Fundador del hogar del pensionista; Presidente honorífico del hogar de la tercera edad; Medalla al trabajo de Alfonso X El Sabio; Dedicación de una calle en Monroy con su nombre. Escribió (antes de llegar los adelantos informáticos) una enciclopedia de unos veinte tomos sobre los pueblos de Extremadura. Una pena que no llegase a publicarse.

Juan Casares lo dio todo por nuestro pueblo, con su magisterio, sus palabras ejemplarizantes, su trabajo de sol a sol. Por todo esto gracias maestro, gracias amigo, gracias don Juan.

Jesús Baños