Todavía no tienen la edad suficiente para votar y ya desconfían de la utilidad de acudir a las urnas. Una encuesta internacional --hecha pública ayer por Unicef-- corrobora que millones de menores de edad tienen dudas sobre la utilidad del voto como un método para mejorar sus vidas. Además, no consideran que quienes dirigen los Gobiernos sean modelos de conducta.

Según el presidente del comité español de Unicef, Francisco González Bueno, el desinterés de los niños por la política es

"preocupante". Pero tiene solución: hacer que los jóvenes participen en la vida pública para que los políticos tengan en cuenta sus opiniones.

"Si los adultos escucharan más a los niños, éstos estarían más preparados para las responsabilidades que deberán asumir cuando sean mayores. Además, se generarían sociedades más cohesionadas", explicó González Bueno en la presentación del informe Estado mundial de la infancia 2003.

Los niños pueden hacer del mundo un sitio mejor. Y está demostrado. Por ejemplo, en la provincia de Beluchistán (Pakistán) --donde la tasa de alfabetización femenina es del 2%-- los boy scouts comenzaron a persuadir a los funcionarios de la necesidad de educar a las niñas. Al año siguiente, 2.500 nuevas alumnas se matricularon en la escuela. Otro ejemplo. En Abia (Nigeria), los estudiantes de una escuela superior organizaron una campaña a favor de diversas vacunas. Sus palabras salvaron muchísimas vidas porque provocaron que cientos de mujeres llevaran a sus hijos a centros médicos.

En los países avanzados, como España, uno de los problemas más preocupantes es el maltrato infantil, tanto el físico como el psicológico.