Al menos 293 personas resultaron muertas ayer en la provincia iraní de Jorasan, en el noreste del país, al explotar un tren de mercancías peligrosas. Según las autoridades locales, varios vagones se desengancharon de la locomotora, descarrilaron y se incendiaron. Cuando los bomberos estaban a punto de controlar el fuego, se produjo una potente deflagración que pudo oírse a decenas de kilómetros y que sembró la muerte en los alrededores.

Según fuentes oficiales, la acumulación de gas provocó la explosión. Todos los accesos al lugar de la catástrofe fueron cerrados, al tiempo que se abrió una investigación que podría poner al descubierto graves fallos de seguridad en los ferrocarriles.