Al menos 47 personas han muerto y muchas permanecen en paradero desconocido tras reventar los muros de la represa de Patel, en Solai, una localidad en el suroeste de Kenia, después de varios días de lluvias torrenciales. La presa se quebró la noche del miércoles, provocando la inundación de campos de cultivos cercanos, así como de varias escuelas, un centro comercial y otros edificios. Las autoridades informaron anoche de que las operaciones de rescate siguen en marcha. Al menos 40 personas atrapadas en el barro fueron rescatadas la noche del miércoles por la Cruz Roja keniata, aunque los equipos de rescate temen que podría haber muchas más víctimas atrapadas, incluidos menores, y advirtieron de la posibilidad de que aumente el número de muertos, ya que muchas personas continúan desaparecidas. Según testimonios recogidos por el medio local Daily Nation, los testigos oyeron una «explosión» minutos antes de que el agua comenzara a brotar, arrasando centenares de casas. Solai está situado en el condado de Nakuru, una zona con una importante actividad agrícola que exporta una gran variedad de productos a Europa y genera grandes beneficios y puestos de trabajo en el país.