El estudio de la SEE recuerda que la ley del 2006, que establecía zonas de fumadores en los locales de restauración, tuvo un efecto discreto en la calidad del aire. En cambio, según estudios realizados en Galicia, Catalunya y Madrid, todo cambia cuando se prohíbe totalmente. Del 2010 al 2011, la presencia de nicotina en bares y restaurantes pasó de 5,7 microgramos por metro cúbico de aire a 0,6. Sigue habiendo, eso sí, un 9% de locales en los que la normativa se incumple, aunque sea solo esporádicamente.