TEtl viernes fui al cine y me aburrí un poco. Vi la película El mensajero del miedo . Es una interesante metáfora sobre lo que está ocurriendo en Estados Unidos con el presidente Bush ganando las elecciones montado sobre el caballo del miedo al terrorismo. Pero la acción y el mensaje llegan envueltos en extrañas pruebas médicas, sesiones de hipnosis y otras zarandajas técnicas y esotéricas de dudosa fiabilidad. Estoy educado en el pragmatismo más garbancero y no me creo las películas donde se roza la ciencia ficción o se trata de lo paranormal. Si a ello unimos cierta premura discursiva, resulta comprensible que me aburriera durante parte de la película.

Pero llegó el sábado, abrí EL PERIODICO y, ¡caramba!, allí se contaba una experiencia parecida a la de la película, pero sucedida en la base pacense de Talavera la Real. Resulta que Iker Jiménez, periodista radiofónico investigador de lo mistérico, recoge en su libro La noche del miedo un suceso acaecido a varios soldados de Talavera, que asistieron a una experiencia misteriosa y fueron sometidos a pruebas médicas secretas y a sesiones de hipnosis que se han intentado ocultar. Como en la película, muchos de estos militares han muerto en extrañas circunstancias o padecen secuelas en su salud. Por medio está el ejército de los Estados Unidos, desde donde han intentado entrar 50 veces en la web de Jiménez. Todo igual que en la película, que ahora me parece mucho más interesante que cuando la vi. Por cierto, la siguen proyectando en los cines de la región.