TNto estoy segura de dónde he oído la frase prefiero el No de los diplomáticos al Sí de las mujeres , pero creo que encierra mucho más peligro del que, a simple vista, pueda parecer. Supongo que el autor de tamaño disparate sólo quería decir que los diplomáticos negocian, y que las mujeres cambian de opinión, y que lo dijo más como halago de las cualidades femeninas, que como alusión al carácter voluble de todo un género. Pero, la verdad, no imagino a nadie que defienda la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, asumiendo dichos postulados.

No creo exagerar si digo que ésta y otras sentencias de parecido calado, tejen una tela de araña alrededor de muchas mujeres, que terminan siendo víctimas de la famosa la mujer con la pata quebrada y en casa y de otras aberraciones que abundan en el refranero español (véase por ejemplo, la mujer y la mentira, nacieron el mismo día , palabra de mujer no vale un alfiler , febrero y las mujeres tienen en un día diez pareceres ).

Tampoco exagero si digo que el lenguaje transforma la realidad, y que algunos hombres todavía utilizan este tipo de expresiones para intentar doblegar la voluntad de sus mujeres, amparándose, entre otras cosas, en el pretendido carácter variable del sexo al que consideran débil (otro tópico nacido del deseo de que así fuera).

La mentira no es patrimonio de nadie, tampoco el derecho a cambiar de opinión, pero cuando una mujer quiere decir SI , dice SI , y cuando quiere decir NO , lo dice, y lo repite, y lo grita. Y a muchas de ellas, desgraciadamente, les ha costado la vida.