Los investigadores estudian con éxito el uso de microbicidas para, por lo menos, reducir los contagio del sida y otras enfermedades de transmisión sexual en los lugares donde los preservativos no están disponibles o las mujeres no pueden lograr que los hombres con los que mantienen relaciones los usen. Según destacaron ayer varios trabajos presentados en la 16 Conferencia Internacional sobre el Sida, que se celebra en Toronto (Canadá), estos productos podrían salir al mercado en el 2009 y, una vez al alcance de las mujeres, revolucionarán la lucha contra el sida. La clave de los microbicidas está en que otorgan a las mujeres un control que antes no tenían, ya que pueden aplicárselo horas antes de tener una relación sexual.

Los microbicidas --compuestos de administración vaginal o rectal-- pueden reducir la transmisión del VIH y de otros microorganismos causantes de enfermedades de transmisión sexual, incluidos virus, bacterias y parásitos. En forma de gel, óvulos o cremas, las mujeres podrán aplicarse el microbicida horas antes de tener una relación y, además de protegerse ellas, evitarán que los hombres se contagien.

La fórmula combina tres mecanismos de acción: refuerza las defensas naturales del organismo, deja inactivos los agentes patógenos como el VIH y otros causantes de enfermedades de transmisión sexual y, además, crea una barrera protectora entre la mucosa vaginal y los citados agentes patógenos. Todo ello en un solo producto. Tambén, los investigadores están tratando de desarrollar microbicidas que también puedan ser utilizados como anticonceptivos.

UNA SOLUCION Los microbicidas se presentan como la gran esperanza para las mujeres con parejas infieles, las que desean ser madres y quieran proteger a sus futuros bebés y las que prefieran el sexo sin látex. María Nkosi, una surafricana que viajó hasta Toronto junto a otras seropositivas africanas, declaró a la agencia France Presse: "A los hombres no les gusta utilizar condones, sobre todo con sus esposas. Nos encantaría tener este gel para no contraer la enfermedad". Nkosi es una de las 17,3 millones de mujeres infectadas en el planeta (de un total de 38,6 millones de afectados). De ellas, 13,2 millones viven en el Africa subsahariana.

Según Onusida, las féminas entre 15 y 24 años suponen dos tercios de las nuevas infecciones cada año. Y según Gita Ramjee, responsable de los ensayos clínicos de microbicidas en Suráfrica, las mujeres que se encuentran en una situación de dependencia económica no tienen posibilidad de elección: "Tienen relaciones sexuales con sus maridos, pero no saben si se infectarán esa noche, la noche siguiente o la anterior".

"Harán falta muchas más generaciones para cambiar los hábitos sexuales de los hombres, pero es ahora cuando las mujeres están muriendo", subraya, por su parte, Stephen Lewis, enviado especial deLos grandes grupos farmacéuticos ya han firmado los acuerdos de cesión de derechos con los organismos que asumirán el riesgo financiero para la producción de los microbicidas. Y mientras en 1997 el presupuesto para financiarlos era solo de 28 millones de dólares, en el 2005 aumentó hasta los 163 millones. De momento hay cinco estudios muy avanzados y los resultados de un gel llamado Carraguard (con base de extractos de algas) se esperan para diciembre del 2007.