Justo cuando se cumplen cuatro años de su grave cogida, Miguel Ángel Silva toma la alternativa en Zafra de la mano de Morante de la Puebla y ante toros de Zalduendo y Cayetano Muñoz. Su temporada estuvo a punto de malograrse tras cortarse la mano entrando a matar en Madrid. Ahora, tras su vuelta, toda la afición espera un gran triunfo del segedano el día de su confirmación como torero.

-Lo primero, interesarnos por su mano. Tuvo un percance al entrar a matar en Las Ventas y la espada le jugó una mala pasada.

-Fue el día 1 de mayo, el de la Comunidad de Madrid, después de hacer una faena bastante buena, que seguro hubiera tenido premio de no haber sido por este contratiempo. La espada se me resbaló de la mano porque la llevaba manchada de sangre del toro. No la sujeté bien y me corté el tendón extensor de la mano derecha. Entre el postoperatorio y la rehabilitación pasaron varios meses sin poder torear. Después reaparecí el 13 de julio en Moraleja. A partir de ahí, con mucho esfuerzo, me he recuperado, aunque todavía no estoy al cien por cien. Quizá este invierno tenga que volver a intervenirme quirúrgicamente, pero he podido sacar adelante la temporada.

-Sorprende la rápida recuperación de los toreros. ¿Están ustedes hechos de otra pasta?

-Al final, como todos los artistas, nos debemos al público, que espera que vuelvas a estar pronto en las plazas. En este caso me marqué unos plazos, que eran distintos a los de los médicos. Yo tenía la intención de volver antes de que la temporada llegara a su ecuador. La verdad es que con una buena rehabilitación en Sevilla pude estar en dos meses listo, cuando estas lesiones por pequeñas que parezcan son muy duraderas.

-Va a tomar la alternativa en su tierra, en la Feria de Zafra, de la mano de Morante de la Puebla. ¿Existe un paisaje mejor?

-Creo que no. Va a ser un día mágico y especial, por el contexto. La afición me ha estado apoyando desde que comencé como novillero en la Escuela Taurina de Badajoz. Son dos las veces que he podido torear en Zafra, pero por unas circunstancias u otros, todavía no sabía lo que era ‘acartelarme’ en una terna. Es una forma de recompensar todos estos años de apoyo y aliento por otras tantas plazas de nuestra geografía. Va a ser una jornada que voy a disfrutar porque ya lo estoy disfrutando, pero creo que el aficionado de Zafra y en general de la región lo va a hacer.

-El año pasado nació una peña con su nombre en Zafra. ¿Qué le transmiten los aficionados cuando habla con ellos?

-La verdad es que siempre me transmiten alegría y aliento, que he sentido especialmente en estos dos meses en los que he estado sin torear. Ellos siempre han estado interesándose por mi salud y la evolución de la mano y deseosos de verme en las plazas. De hecho, el día que reaparecí dos autobuses fueron desde Zafra a Moraleja. La peña ha sido muy importante. Ya sentía su apoyo, pero era de forma más disgregada. El hecho de que naciese una asociación taurina es importante, aunque al final delante del toro estamos nosotros solos. Es reconfortante que ellos estén ahí, tanto cuando salen las cosas como cuando no.

-¿Cómo se ha preparado para tomar la alternativa y dónde?

--Al final como sigo con el transcurso de la temporada he tenido que torear el 27 de septiembre como novillero en Arnedo (La Rioja). La preparación es la que he venido siguiendo todo el verano.

En invierno tenemos una preparación física más fuerte para coger fondo para el desarrollo de la temporada y ahora en verano me gusta hacer natación. Y sobre todo hago toreo de salón. Vivo en Sevilla y entreno en una finca en Espartinas con otros compañeros toreros. El aspecto psicológico también es muy importante: tener la mente fría y los objetivos muy claros. Hay que exigirse mucho para ser cada día un torero más maduro.

-Tuvo una grave cogida en Hoyo de Pinares que sobrecogió a todos. Un novillo le arrancó la femoral y los médicos le salvaron la vida en la plaza. ¿Qué recuerdo le queda de ese momento?

--No he creído nunca en el destino, pero el 1 de octubre se cumplen justo cuatro años de aquella cogida. La verdad es que estuve a punto de perder la vida. Cuatro años después de aquello me voy a hacer matador de toros. De aquel infortunio recuerdo que pensé que con 18 años no salía adelante. La pierna en aquel momento sangraba a toda pastilla. Fue una cornada muy profunda que me arrancó la femoral de cuajo. A partir de que me consiguieron salvar la vida y después la pierna comenzó una etapa de crecer como persona. Los toreros tenemos siempre en la cabeza el hecho de que un toro siempre te puede quitar la vida, pero no nos lo creemos del todo. Desafortunadamente fue lo que le pasó a mi compañero Víctor Barrio. A mí me ha servido para madurar mucho como persona. Es lo que quiero en la vida y sé el precio que estoy dispuesto a pagar por ello. Emocionar a la gente con lo que hago no lo cambio por nada. Es lo que me hace feliz.

-¿Por qué es tan difícil la suerte de entrar a matar?

-Hay toreros que tienen más facilidad que otros. Cuando se torea seguido encuentras la regularidad. Este año he recuperado el sitio y estoy matando bien. Es la suerte en la que el toreo más se expone. Al fin y al cabo, es una persona que se va derecho hacia las astas de un toro, que puede herirte con los dos pitones y nosotros a él con la espada. Es la suerte en la que más verdad existe. Es el reflejo de lo que es la tauromaquia, el espectáculo con más verdad del siglo XXI. Torear es hacer una obra de arte en la que te juegas la vida.

-Ha tenido una carrera ascendente en pocos años. ¿A quién se debe, además de a usted, este éxito?

-Sobre todo a las personas que me quieren y que están a mi lado en todo momento, mis padres, mi familia y amigos. Después a mis dos apoderados, José María y Ángel Alonso, que confiaron en mí en mi etapa de novillero, cuando estaba empezando, y que a día de hoy siguen conmigo dándome todo tipo de consejos.

-¿Para triunfar hay que arrimarse mucho o es una cuestión de técnica?

-El valor se le presupone a los toreros y a partir de ahí cada uno tiene que desarrollar la manera de entender la tauromaquia. Hoy en día nos arrimamos todos, pues el toreo se ha puesto a un nivel muy alto. A partir de ahí, el que sea diferente y no se quede solo en el valor, es el que destaca.

-En la corrida de su alternativa se lidiarán toros de varias ganaderías. ¿Tiene preferencia por alguna?

-En mi caso mato un toro de Zalduendo y otro de Cayetano Muñoz. Esta última es una ganadería con la que me une un vínculo especial, casi familiar, pues es de Zafra. Siempre me han estado apoyando, especialmente el matador de toros Antonio Muñoz. Zalduendo es una ganadería de las de más regularidad de España y eso da garantías de triunfo.

-Ha estudiado periodismo. ¿Por qué esa vocación informativa? ¿Cómo compagina las clases con el mundo del toro?

--Recientemente me he graduado en Periodismo y me faltan las prácticas para acabar la carrera. Desde pequeño tuve curiosidad por lo que tiene que ver con la comunicación. Siempre me impresionó que los periodistas fueran a los sitios donde ocurrían los conflictos. Me apasiona además el periodismo de investigación y el reporterismo en lugares conflictivos. Ha sido también algo vocacional que me ha costado compaginar con el mundo del toro. H