Miles de personas han querido dar hoy su último adiós a Mari Luz Cortés, la niña de 5 años que desapareció el 13 de enero en la capital onubense y cuyo cuerpo apareció 54 días después flotando en la Ría de Huelva. Después de tres días en el Tanatorio de Huelva, donde se le han practicado dos autopsias, la de los forenses del Instituto de Medicina Legal y una segunda encargada por los padres al prestigioso forense Luis Frontela, los restos mortales de esta niña de etnia gitana han recibido sepultura hoy en el cementerio municipal.

Los familiares de la pequeña han estado arropados en este día tan duro -tanto en el tanatorio como en el cementerio- por amigos, compañeros de colegio, muchos de ellos portando ramos de flores, vecinos, ciudadanos a título individual y representantes de distintas administraciones e instituciones. En declaraciones a los periodistas a su llegada al tanatorio, el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, ha manifestado su tristeza por este día y ha resaltado la solidaridad de la ciudad de Huelva, que "una vez más ha demostrado ser generosa y de la que me siento -ha dicho- orgulloso de ser su alcalde".

Asimismo, ha relatado que ha podido estar en dos ocasiones con los padres de Mari Luz, que "están destrozados", y ha recordado dos frases que en dos momentos le dijo el padre, Juan José Cortés, la primera, "no voy a morirme sin saber lo que le ha pasado a mi hija", cuando ésta se encontraba desaparecida; y la segunda, "ahora yo no tengo que buscarla más", cuando fue hallado su cuerpo. También ha querido expresar y mostrar su apoyo a la familia toda la plantilla del Recreativo de Huelva, encabezada por el presidente del club, Ramón Mendoza. Uno de sus jugadores, Gerard, ha manifestado que "es una desgracia para todos, nos duele en el corazón, por eso hemos querido venir a apoyar a la familia en estos momentos tan dolorosos".

En torno a la una de la tarde, hora en que estaba previsto el inicio del sepelio, eran miles de personas las que se agolpaban fuera del tanatorio, mientras dentro, en su capilla, Luis Molina, pastor de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, a la que pertenece la familia de Mari Luz, daba inicio al responso. Durante este acto, que se ha prolongado durante unos quince minutos, Molina ha tenido palabras de apoyo y consuelo para los padres de Mari Luz y ha precisado que "hay que estar contentos porque ella está en el cielo, con muchos otros niños".

Después de varios rezos y un sentido aplauso de todos los asistentes, se ha dado por finalizado el responso y sobre las 13:30 se ha visto salir del tanatorio el féretro color blanco con los restos mortales de Mari Luz. El ataúd, al que precedían dos coches fúnebres repletos de flores, era portado a hombros por familiares y amigos y, tras él, los padres de la pequeña, Juan José Cortés e Irene Suárez, rotos de dolor, sus familiares más allegados, como tíos y abuelos y numerosos amigos y vecinos.

El cortejo ha recorrido a pie la distancia que separa el tanatorio del cementerio, un camino de una media hora en el que ha primado el silencio de los participantes, sólo roto en ocasiones por los lamentos y llantos de los familiares, que pedían explicaciones sobre lo sucedido a su niña, sin poder creerlo aún. El féretro de Mari Luz Cortés llegaba al cementerio municipal de Huelva a las 14:15 horas, donde ha recibido sepultura arropada por numerosas personas.

Por otra parte, la investigación policial sigue su curso, ahora basada en los resultados obtenidos en la autopsia, sobre los que se ha decretado secreto de sumario, y las pistas que se hayan podido obtener en los rastreos que durante este fin de semana las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado han realizado en los aledaños del lugar en el que apareció el cadáver, la zona de petroleros del Puerto de Huelva.