EL FUNERAL de la niña Mari Luz Cortés, cuyo cuerpo apareció 54 días después de su desaparición flotando en la Ría de Huelva, congregó a miles de personas que quisieron dar el último adiós a la pequeña de 5 años. Después de tres días en el Tanatorio de Huelva, donde se le han practicado dos autopsias, la del Instituto de Medicina Legal y una segunda encargada por los padres al prestigioso forense Luis Frontela, los restos mortales de esta niña de etnia gitana recibieron sepultura ayer en el cementerio municipal. El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, resaltó la solidaridad de la ciudad. EFE