Miles de personas hacinaban ayer largas colas para recibir alimentos y agua en la capital del estado mexicano de Tabasco, una semana después de las inundaciones que han dejado al menos tres muertos y más de un millón de damnificados.

El río Grijalva, que inundó el centro histórico de Villahermosa, descendió ocho centímetros pero mantiene anegadas decenas de barrios del norte de la capital, donde se calcula que permanecen sobre los tejados de sus casas inundadas unas 20.000 personas hambrientas que necesitan ayuda urgente y en muchos casos asistencia médica.

El gobernador de Tabasco, Andrés Granier, informó de que el Ejército y la Armada de México continúan las labores de rescate en los barrios Gaviotas, La Manga, Acachapam y Torno Largo.

En la capital mexicana, el secretario de Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván, detalló a la prensa que 8.000 soldados se encargan de esa labor.

A primera hora de la mañana, Granier había anunciado por la radio local la entrega de ayuda en la Quinta Grijalva, la residencia de los gobernadores tabasqueños, lo que propició que una marea humana se agolpara en las cercanías del edificio para reclamar la esperada asistencia.

La ayuda internacional ofrecida por países como EEUU, Canadá, Perú, Alemania, España, Gran Bretaña y Cuba comenzaba a llegar ayer con cuentagotas a Tabasco.