El temido y anunciado huracán Wilma está provocando el regreso precipitado a casa de casi 30.000 turistas de todo el mundo, entre ellos casi 4.000 españoles que pasaban unos días en las mexicanas Cancún y la Riviera Maya. Los residentes y los viajeros que deciden quedarse en las zonas costeras de México y en la isla de Cuba están siendo alojados en albergues ante la inminente llegada del ciclón que, según las previsiones, llegará a Cancún a las una de de hoy (ocho de la tarde en España).

"A partir de las 15.00 horas de ayer nadie tiene que estar en la calle", advirtió por la mañana Félix González, gobernador del estado de Quintana Roo. El Wilma bajó a categoría 4, aunque se teme que recupere en cualquier momento el nivel máximo de la escala Saffir-Simpson.

Unas 30.000 personas fueron evacuadas en isla Mujeres, Puerto Juárez, las islas de Holbox, Arenas, Contoy, Punta Allen y algunas zonas de la costa de Tulum, y pasaron la noche en uno de los más de 187 albergues organizados en centros escolares, instituciones gubernamentales, iglesias, polideportivos y también hoteles, algunos de los cuales se utilizan como refugios, uno de los motivos por los que han sido vaciados de turistas.

Las playas de arenas blancas que bordean los 28 kilómetros de la zona hotelera de Cancún ayer estaban desaparecidas, engullidas por las olas y una marea que presagiaba la llegada del huracán. Desde el paso del Gilbert , de categoría 5, en 1998, las autoridades vuelcan toneladas de arena para conservar una playa que cada año es más estrecha.

Enfrente de los grandes hoteles --muchos de capital español-- se podían ver decenas de autobuses para trasladar a los turistas al aeródromo de Cancún. El aeropuerto parecía un hormiguero en el que la banda sonora eran los informativos de la radio pública que difundía boletines en español, inglés, francés, italiano, japonés y en lengua maya.

"PASO LENTO Y ERRATICO" En Cuba, las escuelas interrumpieron las clases en varias ciudades y más de 220.000 personas del oeste fueron evacuadas, por temor a que el ciclón, tras golpear la península del Yucatán, sacuda con furia la isla, que ya sufrió el azote del cielo en julio, cuando el Dennis mató a 16 personas con una fuerza de categoría 4. El ojo de Wilma , que mantiene "un paso lento y errático", tiene un diámetro de 700 kilómetros y, lo peor, "está en expansión".