Un millón de personas muere cada año en el mundo como consecuencia de la enfermedad renal crónica, una patología "silenciosa", que no presenta síntomas en el 90 por ciento de los casos, según han indicado hoy diversos especialistas reunidos con motivo del Día Mundial del Riñón. En España, la enfermedad renal crónica afecta a una de cada diez personas y se calcula que el 6 por ciento padece insuficiencia renal, con valores de función renal por debajo del 50 por ciento, unas cifras "alarmantes", en opinión de estos expertos, que han incidido en la importancia de la prevención y la detección precoz.

El director general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, ha dicho hoy en rueda de prensa que "hay que ir más allá" en la detección de la enfermedad renal crónica con el fin de "retrasar su progresión y hacer que los afectados vivan en perfectas condiciones físicas". Matesanz ha señalado que el trasplante renal constituye el "nudo" de los casos de traslaciones de órganos y ha advertido de que, aunque en España se efectúan trasplantes de riñón prácticamente a todas las personas que lo necesitan, en el resto del mundo la situación es "desproporcionada", ya que sólo el 5 por ciento de los enfermos renales recibe un órgano de un donante.

El presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), Ángel Luis Martín de Francisco, ha incidido, también durante esta rueda de prensa, en la necesidad de prevenir la patología mediante la incorporación en el sistema sanitario español de pruebas de cálculo de la función renal, como ocurre en otros países de Europa, como Francia y Reino Unido. La realización de estas pruebas de diagnóstico "sencillo y barato", basadas en la medición de los niveles de albumia en orina o en la detección de la creatinina en sangre, permitiría a muchas personas saber si padecen algún tipo de lesión renal, algo que muchas veces no ocurre, ha señalado De Francisco.

El especialista ha pedido a las autoridades sanitarias que centren la realización de estas pruebas en la población de riesgo -obesos, mayores de 65 años y pacientes de diabetes o hipertensión- con el fin de afinar la búsqueda. Según De Francisco, es preciso que el enfermo renal sepa de su afección y evite, en la medida de lo posible, el consumo de determinados fármacos y siga unos hábitos alimenticios muy concretos. El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón, Alejandro Toledo, ha recordado que alrededor de 20.000 enfermos renales en España tienen problemas para orinar, lo que les impide llevar una vida normal, generando "sensación de ansiedad".

"Tener una enfermedad renal no es una sentencia, puesto que se puede tener calidad de vida y vivir muchos años", ha dicho Toledo, quien ha solicitado, además, al ministerio que acepte la propuesta de campaña de prevención de insuficiencia renal que ha planteado su federación. Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Enfermería Necrológica, Maricel Julve, ha recordado que en España más de 10.000 profesionales de enfermería se dedican al cuidado y tratamiento de los enfermos renales en todas sus etapas, desde la prediálisis al tratamiento dialítico y el trasplante renal. En su opinión, se trata de una labor "determinante" para la vida de las personas que padecen lesiones renales u otras afecciones como la insuficiencia renal, que se calcula, sufre uno de cada cinco españoles que acude a un centro de salud.