Un treintañero vacilón, ocioso, de familia adinerada, putero, misógino, aficionado a filosofar por internet, excéntrico, de aspecto mantecoso, mordaz, inteligente y, a pesar de todo, seductor. Paco Mir, en su debut como director, enseguida pensó en Pablo Carbonell para dar forma a este personaje "tan cinematográfico", que surge del libro de Pablo Tusset Lo mejor que le puede pasar a un cruasán .

La película, cuyo rodaje comienza el lunes por las calles de Barcelona, lleva el mismo título que esta novela a la que Manuel Vázquez Montalbán catalogó como la más interesante y divertida que ha leído en los últimos tiempos. El protagonista sigue siendo, según Mir, "un tipo repulsivo", que bebe, se droga, que prefiere ir de putas a ligar, que es machista y hasta un poco sucio. "Pero esconde cierto atractivo que lo hace especial", agrega el componente de Tricicle, que como grupo sí que había dirigido un filme, Palace .

Carbonell está de acuerdo en lo que Mir dice de su personaje, sobre todo lo de repelente: "No me hacía gracia interpretar a alguien así. No tiene nada que ver con Jack Nicholson en Mejor imposible . Aquí no hay ni una muestra de corazoncito". Sin embargo, al final ha detectado heroicidad en un personaje que se aceptar tal como es. "Hay algo épico en ser tan fiel a unos principios", argumenta el exlíder de Los Toreros Muertos, que desde que desapareció Caiga quien caiga se ha concentrado en ser actor.