El módulo europeo Huygens se dispone a descender hoy sobre la superficie de Titán, el mayor de los satélites de Saturno, tras atravesar durante dos horas la fascinante atmósfera anaranjada que impide observar lo que hay debajo. ¿Caerá sobre montañas de hielo? ¿O lo hará en un mar de metano líquido a casi --200 ? Los científicos especulan desde hace décadas con el paisaje que Huygens encontrará en su destino, pero lo cierto es que sólo son conjeturas: Titán sigue siendo un gran desconocido. "Cualquier cosa es posible. Hasta que no entendamos lo que estamos viendo", dice Jonathan Lunine, profesor de la Universidad de Arizona y miembro del grupo científico de la misión.

Tras un viaje conjunto iniciado hace siete años, Huygens se separó de la nave Cassini el 25 de diciembre y desde entonces ha ido acercándose a Titán en caída libre, sin posibilidad de modificar la dirección. Durante el delicado descenso, Cassini se convertirá en la antena que recibirá y reenviará hacia la Tierra la información suministrada por el módulo (la señal recorrerá 1.400 millones kilómetros en una hora y ocho minutos). Si todo va bien, los técnicos de la misión confían en disponer de los primeros datos por la tarde, aunque las fotos posiblemente se retrasen hasta la madrugada.

Huygens está programado para entrar en la atmósfera de Titán a las 11.13, hora española. La NASA ha enfocado los telescopios Keck y Hubble con la esperanza de captar el instante. El pequeño módulo, un platillo volante de 319 kilos, sufrirá un impacto brutal, aminorará su velocidad en dos minutos de 21.000 a 1.440 km/h y su escudo térmico deberá hacer frente a temperaturas de 1.700 .