TTtoda una vida a régimen, haciendo equilibrios sobre tacones de vértigo y embutida en camisetas de talla ese para que ahora mis aspiraciones se vayan al traste. Y no por la edad, que hay oportunidades para todos los gustos (Miss centenaria), ni por la miopía, ni siquiera por tener estudios. Ahora resulta que no puedes ser miss si eres madre. Pues andamos buenos. Siempre esforzándome para que me nombraran aunque fuera miss con gafas, o guardando esperanzas para convertirme en la reina del hogar del pensionista. Pero si se tienen hijos, nada. Yo entiendo que si una anda pasada de lorzas, o no le ha cogido el tranquillo al maquillaje y se lo echa a paletadas, queda mal en los desfiles. O si el tinte te lo hace un concuñado vengativo o si los dientes te bailan. Sin embargo lo del hijo me tiene perpleja. O sea, que si después del embarazo te queda un cuerpo de vértigo, da igual. Y si es porque durante un año tienes que trabajar fuera y en teoría te despreocupas de tu retoño, deberían echar un vistazo al panorama laboral de las madres españolas, así que tampoco va a ser por eso.

Pero lo que me tiene de verdad alucinada no es esta idiotez inclasificable de que una madre no pueda presentarse a miss. Ni siquiera me extraña que no se aplique para ser mister y ellos luzcan la corona y siete hijos. Me parece peor aún que haya alguien que aspire a desfilar en bañador o en traje regional delante de un jurado de rijosos casi siempre comprados. Con esos mimbres, lo del hijo me parece tan lógico como el guisante que prueba a las princesas. No es más que otro requisito sin sentido dentro del reino de la estulticia.