Los hombres españoles son especialmente vagos a la hora de realizar las tareas domésticas. Muchísimo más que el resto de los europeos. De hecho, su desdén hacia las labores del hogar solo es superado por el de los portugueses y el de los griegos. Así lo demuestra la encuesta social europea, que constata que casi la mitad de los varones residentes en España (el 47%) reconocen que no dedican nada o casi nada de tiempo al hogar.

La encuesta --realizada en 24 países de dentro y fuera de la UE-- destaca que los varones más aplicados viven en Suecia, donde solo el 8% admite su holgazanería. Le siguen Finlandia, Islandia, Noruega, Ucrania, Estonia y Eslovaquia. Mucho más atrás se sitúa Francia (23%) o Alemania, cuyo porcentaje asciende al 29%.

Dentro del capítulo de la desigualdad entre sexos, se comprueba que más de la mitad de los españoles creen que una mujer debería estar dispuesta a reducir su jornada laboral "por el bien de su familia". Curiosamente, esto lo piensan más mujeres (58%) que hombres (53,5%).

En este apartado, España --donde se realizaron 1.663 entrevistas a mayores de 15 años-- se sitúa más en la media. El país donde más afirman que una mujer debería trabajar menos es Ucrania (71%), seguido de Portugal y Suiza. En el lado opuesto están los países nórdicos.

Aunque no hay comparativa con otros estados, la encuesta pone de manifesto las dificultades para compatibilizar la vida personal y la laboral. Uno de cada cuatro residentes en España considera que el trabajo le impide dedicar el tiempo que querría a su pareja o familia. Las mujeres (26%) tiene esa sensación más que los hombres (24%). Igualmente, una vez que acaba la jornada laboral, ellas llegan a casa más cansadas que ellos para leer, ver tele o hacer deporte.

También analiza otros aspectos sociales y destaca que los españoles están muy próximos al grupo de europeos que mejor valoran su sistema sanitario, al que evalúan con un 5,8 en una escala de cero a 10. La nota es mejor que la que dan los suecos (5,2) y los alemanes (4,7).

Los españoles son, tras los griegos, los que prefieren tomar fármacos siempre y cuando se los hayan recetado un médico, respecto al sistema educativo, la valoración de los españoles está ligeramente por debajo de la media de los países europeos: 5,3 frente a 5,6 y se constata que la llegada de extranjeros merece una mejor opinión en España que en el resto de países.