´LAS DOS TORRES´

DIRECTOR: Peter Jackson INTERPRETES: Elijah Wood, Viggo Mortensen SALAS: Cáceres, Plasencia, Badajoz, Mérida, Almendralejo.

El gran fresco épico-fantástico diseñado por el neozelandés Peter Jackson según el influyente ciclo novelesco de Tolkien llega a su segundo jalón. Las dos torres iguala en líneas generales a la primera y aventura elementos sugerentes para la tercera y última.

Lo menos interesante de la anterior película también se repite aquí: momentos algo discursivos y pasajes algo gratuitos en los que la cámara asciende y desciende sin demasiado sentido, tan sólo para mostrar un sentido del espectáculo que ya está presente en la propia dimensión mítica de la historia.

De hecho, aunque los tres filmes previstos se estrenen en tres años consecutivos, estamos ante una única película. Así fue rodada y sólo la lógica del mercado impone su fragmentación en tres bloques. Una crítica global de las tres partes sería un ejercicio mucho más equitativo.

GESTO AVENTURERO

Por ello Las dos torres conserva la unidad de estilo de La comunidad del anillo , su gesto aventurero, su bien lograda estética digital, el tono trágico de algunos de sus acontecimientos, la fantasía tenebrosa impulsada por los asquerosos guerreros horcos o los caballeros negros a lomos de grandes fieras voladoras, el regusto de relato de caballerías de un futuro imperfecto y, sobre todo, la épica.

Puede que sea algo menos tenebrosa que la anterior película, pero es en la inspiración épica donde la supera. Las tres peripecias en paralelo, la protagonizada por el hobbit Frodo (el depositario del anillo que encarna Elijah Wood) y su amigo Sam, la de los otros dos hobbits atrapados en el bosque animado y la que va enfrentando sucesivamente al guerrero Aragor (Viggo Mortensen) y sus compañeros enano y elfo contra todo horco viviente, convergen en un espléndido pasaje bélico que ni siquiera un cierto tono new age y la fanfarria musical logra invalidar.

Las dos torres posee igualmente un encomiable sentido del humor --el árbol viviente que aprovecha el río desbordado para apagar las flechas llameantes lanzadas por sus enemigos--, escenarios de lo más sugestivo --la ciénaga de los espectros--, criaturas fascinantes --los olifantes, o enormes elefantes digitales-- y un personaje que vale por todo el filme: Smigol, la criatura viscosa de grandes ojos y extremidades que se pasa todo el metraje debatiéndose como si fuera el doctor Jekyll y Mister Hyde.