Varón de entre 26 y 45 años con una posición económica desahogada. En los últimos dos o tres años se ha dado el capricho de adquirir una moto de gran cilindrada para utilizarla los fines de semana pese a no tener experiencia previa en vehículos de dos ruedas. Le da al gas a fondo porque hay que sacarle partido a los caballos pagados a precio de oro, pero ni domina la frenada ni sabe coger las curvas como Valentino Rossi. Este es el perfil mayoritario que los expertos han dibujado de los motoristas fellecidos en lo que va de año en las vías españolas, cuyo aumento ha disparado las alarmas entre los responsables de tráfico.

Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) lanzará próximamente campañas de concienciación dirigidas a este peligroso colectivo y a sus familias "para que extremen la precaución". La alarma se disparó definitivamente la semana pasada, cuando se detectó que los motoristas fallecidos el pasado julio habían aumentado el 58% respecto al mismo mes del año anterior.

El informe de urgencia encargado al Observatorio Nacional de Seguridad Vial arroja varios datos muy reveladores. El aumento no es una serpiente de verano. El fenómeno es especialmente intenso desde principios de año. En los primeros siete meses del 2007, se han registrado 52 motoristas muertos más que en el mismo periodo del 2006 (un aumento del 27%). Y más determinante aún: el 88% de los fallecidos viajaban en motos de gran potencia, con un cubicaje superior a 500cc, cuando respecto al conjunto del parque nacional de motos este segmento solo representa cerca del 25%.

PROGRESION El nivel de experiencia también era escaso. El 65% de las motos accidentadas tenían tres años de antigüedad, o menos, y sus propietarios las usaban casi exclusivamente el fin de semana. La han adquirido dentro del boom de ventas que este tipo de vehículos experimenta desde el 2004. La matriculación de motos de más de 500cc casi se ha triplicado desde entonces. Si en el 2003 no se vendieron ni 30.000 unidades, el año pasado se superaron las 85.000.

Ningún otro segmento de motos ha experimentado una progresión relativa tan meteórica. Ni siquiera los scooters, que en el 2005 se vendieron como churros al liberalizarse el acceso de los conductores con carnet de coche a estos vehículos.