Tony King se encuentra aislado en un módulo especial de seguridad, el número 7, de la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre. Su celda mide 10 metros cuadrados y está acompañado por un preso de confianza para evitar que se autolesione o se suicide. Es un violador y un asesino en serie.

El domingo, cuando ingresó en el centro, aún llevaba los pantalones cortos amarillos y la camiseta azul que vestía el día que fue detenido. Un médico le hizo el reconocimiento antes de entrar en su celda. Varios agentes controlan los movimientos de King y le acompañan en sus paseos.

El aislamiento de King por cuestiones de seguridad y el programa de prevención de suicidio durará hasta que el equipo encargado de su caso considere que no existen riesgos para que el británico pueda alternar sin ningún temor con los 1.300 internos recluidos en la cárcel de Alhaurín.