Una molécula natural que se encuentra en algunos vegetales comestibles, en especial en el trigo sarraceno y en el fruto de la mora, evita que los niveles de glucemia --los azúcares que contienen los alimentos-- oscilen en exceso en la sangre y den lugar a la sensación de hambre. Se trata de la fagomina, una partícula enzimática que investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han reproducido en el laboratorio con propiedades idénticas a las que proporciona la naturaleza. Una empresa bioquímica, Bioglane, ha patentado el hallazgo con el fin de que la fagomina se comercialice ahora mezclada en determinados alimentos, con la finalidad de reducir el apetito a quienes lo sientan en exceso.

La fagomina, explicó ayer el químico Sergi Pumarola, gerente de Bioglane, podría componer panes, galletas, pastas italianas, cerveza, galletas, harinas, yogures o natillas que se ofrecieran como productos saciantes. De esa forma, degustando hidratos de carbono, que en principio no serían el alimento base de una dieta para perder peso, se lograría no aumentarlo. "Si una persona se alimentara exclusivamente de trigo sarraceno sentiría muy poca hambre", explicó Pumarola. De hecho, los responsables de la empresa, creada en el seno del CSIC, confían en iniciar a finales de este año el proceso para la autorización de su comercialización en Estados Unidos.

TRIGO SARRACENO El trigo sarraceno es poco popular en España, pero abunda en la dieta japonesa --compone los fideos de soba-- y se usa en la cocina volcánica tradicional de la Garrotxa catalana. Además de moderar la evolución de la curva de glucemia en la sangre, reduce la absorción de las partículas nutritivas de los alimentos y evita la acumulación de grasas.