La tasa de mortalidad bajó en España un 4,1% en el 2006, gracias al descenso de los fallecimientos por enfermedades respiratorias, por el sida y por los accidentes de tráfico. La menor virulencia de la gripe contribuyó a que se registrasen menos defunciones por problemas de pulmón. El número de muertes de infectados por el VIH disminuyó un 9% respecto al año anterior, mientras que la carretera se cobró un 7,7% menos de muertos que en el 2005.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España murieron en el 2006 un total de 371.478 personas, lo que supone 15.877 decesos menos que en el ejercicio anterior. La tasa bruta de mortalidad, que es la que mide el número de defunciones por cada 100.000 habitantes, se situó en 843 fallecidos, frente a los 892 registrados en el 2005. Esta evidente mejoría fue posible gracias, sobre todo, a que las patologías del sistema respiratorio causaron cerca de 7.500 muertes menos, al bajar a 39.486. No obstante, conviene tener en cuenta que en el 2005 hubo un incremento de la mortalidad del 4,1% por la especial virulencia de la gripe, que acabó agravando el estado de muchas personas con dolencias de tipo crónico.

Otro de los factores que ayudaron a reducir la mortalidad fueron las enfermedades cardiovasculares, que presentaron una factura bastante más liviana al pasar de 126.862 defunciones a 120.690. Las dolencias del aparato circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte porque acaparan el 32,5% del total de fallecimientos. En cuanto a las muertes por sida, sufrieron el mayor descenso desde 1998 al caer hasta los 1.320 decesos.