La realidad y la teoría han chocado en las últimas intervenciones antidisturbios de los Mossos d´Esquadra en Barcelona. En apenas 10 días, tres jóvenes han perdido un ojo a causa, presuntamente, de pelotas de caucho disparadas por los mossos: dos en las celebraciones de la Champions y uno en las de la Liga. Pero no debería haber sido así pues, según fuentes de los mossos, estas pelotas están diseñadas para no reventar el globo ocular. Sus 54 milímetros de diámetro están pensados para que la pelota sea mayor que el hueco del ojo. Así, en caso de impacto, es muy difícil que el proyectil pase del hueco entre la ceja y el pómulo y que llegue a golpear de lleno al globo ocular.

Hce cuatro años, los cartuchos que propulsan esas pelotas tienen menos pólvora, con lo que la potencia con la que salen esas bolas es menor que antes. El resultado es, en teoría, una pelota de menor potencia, que difícilmente puede alcanzar el ojo.

"Yo, en todos los años que llevo, nunca había visto que una de nuestras pelotas de goma reventara un ojo. Con estas bolas, por su tamaño, es muy extraño que esto haya ocurrido", dicen fuentes de la Brigada Móvil con muchos años de experiencia.

Para varios expertos en acciones policiales antidisturbios consultados por este diario, las únicas explicaciones posibles son que la pelota fuera disparada a muy pocos metros de distancia del objetivo o que la víctima recibiera el impacto de uno de los objetos que los violentos lanzaron a los mossos. Según varios testigos han declarado a este diario, en al menos uno de los casos, los agentes violaron el estricto protocolo de uso de las pelotas de goma.