La fatalidad se ha cebado con la familia Huarachi Mimuni. Un "terrorífico error" cometido por personal de enfermería del hospital Gregorio Marañón de Madrid, un fallo inexplicable y sin precentes conocidos acabó ayer con la vida de Rayan, el hijo prematuro de Dalila, la primera víctima mortal de gripe A en España, que falleció hace dos semanas en el mismo hospital.

El bebé, que había nacido por cesárea con siete meses, horas antes de que muriese su madre, fue alimentado el domingo por la noche por vía intravenosa en lugar de con la técnica adecuada para prematuros: un tubo insertado a través de la nariz y que llega hasta el estómago. Un error mortal, "para el que no hay excusas" y que causó "una embolia fulminante" al bebé, que se recuperaba muy bien, admitió compungido el director del hospital, Antonio Barba. "Los médicos han estado toda la noche tratando de limpiarle la sangre, pero ha sido inútil. Todo el servicio está destrozado", agregó con voz trémula y al borde del llanto. En una improvisada rueda de prensa, Barba solo atinó a explicar que se ha abierto una investigación y que el centro asume "toda la responsabilidad humana, profesional y patrimonial".

En la uci de neonatales, donde estaba, nadie entendía cómo pudo suceder, ya que está todo perfectamente marcado y separado para evitar cualquier confusión y se diferencia donde esta la leche del resto de medicamentos.

DOS AÑOS DE ENFERMERA "Se llegará hasta el final", prometió el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, al padre del pequeño, Mohamed Huarachi. También consideró que las causas de esta negligencia, bajo investigación judicial, parecen claras. De momento, han sido apartadas del servicio todas las personas relacionadas con el suceso, tres profesionales de enfermería y un auxiliar.

Según el consejero, la presunta autora del error es una enfermera joven, que ha reconocido su negligencia, con dos años de experiencia en dos grandes hospitales. Ha trabajado en unidades de enfermos críticos, cuidados intensivos de infecciosos y postoperatorios. Desde diciembre del 2008 trabajaba en el materno infantil del Gregorio Marañón, un centro altamente especializado.

"Tenía la suficiente cualificación y destreza para su función. Confundir la vía de administración de un medicamento es un error incomprensible, incluso en personas con menos experiencia", apostilló Güemes. Los sindicatos culparon "al caos sanitario de Madrid" y subrayaron que la mitad de los 16 trabajadores de la uci, son eventuales.

EL PADRE, DESCONSOLADO El padre de Rayan quiere enterrarle en Mdiq (Marruecos), junto a su madre, Dalila, con quien se había casado hace un año. "Toda mi preocupación y mi tiempo es para mi hijo", declaró en español. Varios miembros de la familia mostraron también tremendo dolor que les aflige.

Mohamed eludió concretar si seguirá viviendo en España tras este cúmulo de desgracias, y si interpondrá la querella que había anunciado por negligencia en la atención a su mujer y, ahora, por su hijo: "Voy a enterrarlo y luego haré lo que tenga que hacer". Dalila, embarazada de siete meses, contrajo la gripe A, pero no le fue correctamente diagnosticada hasta la tercera vez que acudió al hospital. La primera, en otro centro de Madrid, y la segunda, ya en el Marañón, la enviaron a casa.

El portavoz de la familia, Abdallah Dadch, anunció desde Rabat que van a pedir una cita al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "que es el único que nos puede dar alguna solución", informa Beatriz Mesa desde Rabat. "Esto no tiene explicación", sentenció.