Luis Cuenca tuvo dos vidas de artista. Rey de la revista, al lado de despampanantes vedettes, y actor del cine español más reciente. Esas dos vidas, más la propia, se extinguieron ayer en Madrid al morir a consecuencia de una enfermedad pulmonar. Tenía 82 años y había nacido en Navalmoral de la Mata el 6 de diciembre de 1921. Esta vinculación extremeña fue casual. Sus padres formaban parte de una compañía de teatro con la que recorrían España, la compañía Carrasco, propiedad de sus abuelos, y pasaron por la localidad cacereña. Ello no impidió que hace dos años el Festival Ibérico de Cine de Badajoz le homenajeara por toda su trayectoria. "Estoy encantado con que mis paisanos me homenajeen", declaró entonces en una entrevista con EL PERIODICO EXTREMADURA. Ayer, la Consejería de Cultura lamentó la pérdida del actor.

Contratado por el empresario de revistas Matías Colsada, trabajó para él durante unos 40 años en las principales piezas del género que se han estrenado en los escenarios españoles.

Al mismo tiempo debutó en el cine y pronto se convirtió en un imprescindible actor de reparto, especialmente de comedia, interviniendo, por ejemplo, en Quiéreme con música , ¿Pena de muerte? y Las travesuras de Morucha .

OPERA PRIMA Pero fue la ópera prima como director de David Trueba, La buena vida , la que le dio la popularidad cuando recibió en 1997 el Goya al Mejor actor de reparto. Otros trabajos suyos para fueron Airbag , Torrente, el brazo tonto de la ley , La hora de los valientes . Obra maestra (nueva candidatura al Goya) y la serie de televisión Cuéntame como pasó .

Luis Cuenca subió a los escenarios a los 7 años, según contaba en la entrevista con EL PERIODICO. "Cuando estaba en el escenario, me entraron ganas de orinar y me puse a mear en el decorado... Aquello fue un éxito. El público se moría de risa. Y luego, mis padres querían que lo repitiera en cada función".

En aquellos años 40 contaba chistes y hacía gracias entre las actuaciones de Concha Piquer, Valderrama o Porrina. Enseguida se consolidó como cómico de revistas. "Nunca olvidaré haber trabajado con Tania Doris, a quien considero una gran mujer" y con quien compartió incontables funciones. "A mí, la censura me hizo rico. Bueno, quiero decir que gané algún dinero. Aquellos teatros estaban siempre lleno de público porque era el único sitio donde se veía algo de picardía".

Sobre su tardío éxito cinematográfico, decía que "simplemente" había tenido suerte. El humor le hizo duradero. "Nunca lo pierdo. Por eso tardo tanto en morirme".