Una mujer neozelandesa de 44 años que dependía de un aparato de respiración asistida, Folole Muliaga, falleció el martes dos horas después de que la compañía cortara el suministro de luz de su domicilio por no pagar la factura.

Un técnico de Mercury Energy se desplazó hasta la casa de Muliaga, en Auckland, y desconectó la luz a pesar de que la víctima, maestra y madre de cuatro hijos de entre 5 y 18 años, le advirtió de que la interrupción acarrearía el apagón del aparato de oxígeno. Según declaró ayer el portavoz de la familia, Brendan Sheehan, el técnico respondió que se limitaba a cumplir con su trabajo.

Tras interrumpirse el suministro eléctrico, Muliaga comenzó a tener dificultades respiratorias, hasta que se desmayó y sufrió un colapso. Los efectivos sanitarios que la asistieron no pudieron hacer nada para salvar su vida. Folole Muliaga, que así se llamaba la mujer había dejado su trabajo debido a la enfermedad.

El director general de Mercury Energy, James Moulder, declaró que la compañía está "desolada" y que está haciendo todo lo posible para investigar los hechos. También ha restaurado el suministro.

HOMICIDIO O ASESINATO La policía estudia presentar cargos criminales contra el técnico o la empresa suministradora Mighty River Power. El vicepresidente del partido opositor Nueva Zelanda Primero, Peter Brown, también ha instado a las autoridades a considerar una acusación de homicidio o de asesinato contra los responsables, en el supuesto de que la víctima muriera realmente por el corte eléctrico. y añadió que nadie debe morir por no pagar la factura de la luz.