El matrimonio formado por Antonio Sánchez García y María Teresa Fernández Murillo falleció ayer tras derrumbarse su vivienda en la calle Palomares de Córdoba, mientras que un hijo de la pareja, de 12 años, resultó herido grave y permanece ingresado en el Hospital Universitario Reina Sofía.

El suceso tuvo lugar pasadas las ocho de la mañana cuando comenzaron a trabajar las máquinas en un solar colindante al inmueble en el que se están construyendo diez viviendas y algunas cocheras, informó en el lugar de los hechos la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar (IU).

Minutos más tarde llegaron los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), que comenzaron a trabajar para rescatar a las víctimas del derrumbe, en un principio con la ayuda de un perro.

En estas tareas participaron un total de diecisiete bomberos que finalmente sacaron a las tres personas que habían quedado sepultadas bajo los escombros.

Mientras el niño pudo ser reanimado por los servicios sanitarios, sus padres estaban muertos.

La cuarta integrante de esta familia, otra hija de 20 años del matrimonio fallecido, consiguió salir antes del derrumbe tras la alerta de los trabajadores de la obra y fue trasladada al hospital con un episodio de ansiedad.

Asimismo, según informaron fuentes municipales, una mujer de unos 80 años también salió de la vivienda sin sufrir ningún daño, al igual que el resto de los ocupantes del inmueble, una casa de vecinos de dos plantas.

El padre era trabajador de una cooperativa que se encarga de la limpieza de los autobuses urbanos y su mujer era limpiadora.

Los expertos calificaron de "milagroso" que el pequeño haya podido salir con vida, una circunstancia que se explica por el hecho de que un colchón le cayó encima, formó una pequeña cámara de aire y amortiguó el peso de los escombros.

El menor presentaba un traumatismo craneoencefálico severo, un traumatismo abdominal y otro torácico, según dijeron a Efe fuentes del Hospital Universitario Reina Sofía, que pecisaron que se encuentra en la UCI de Pediatría, está sedado y precisa ventilación asistida, por lo que su pronóstico es grave.

Seis personas seguían al cierre de esta edición desalojadas, explicó en el lugar de los hechos el teniente de alcalde de Seguridad, José Antonio Cabanillas, quien apuntó que dos de estas personas ya han manifestado que se alojarán con familiares. La alcaldesa aseguró que no van a "escatimar recursos" para conocer las causas del derrumbe, y precisó que la obra contaba con la preceptiva licencia.