Un Boeing 737-800 de la compañía Flydubai con 62 personas a bordo, entre ellos dos españoles y una colombiana, se deshizo en pedazos al estrellarse ayer de madrugada en el aeropuerto de Rostov del Don después de pasarse dos horas y media dando vueltas sobre esa ciudad del sur de Rusia. "El avión debía aterrizar a las 1.10 hora local", explicó la portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencias ruso, Oxana Kovrízhnaya, "pero debido a las malas condiciones meteorológicas estuvo sobrevolando Rostov del Don hasta las 3.40", la fatídica hora a la que se precipitó súbitamente.

Los fallecidos españoles, de origen canario, formaban parte de la tripulación. Alejandro Alava Cruz era copiloto y Xavier Alejandro Curbelo Caro, sobrecargo del vuelo. La mayoría de los pasajeros fallecidos eran de la región de Rostov del Don que habían viajado a los Emiratos Arabes como turistas.

La compañía procedente de los Emiratos Arabes Unidos, pese a reconocer en un primer momento que no es habitual permanecer tanto tiempo en el aire sin pedir tierra en otro aeropuerto, justificó después la decisión del piloto al señalar que la pista de Rostov del Don seguía abierta.

Mientras, la mayoría de los expertos rusos consultados por medios de este país han señalado que las pésimas condiciones meteorológicas --densa niebla, lluvia incesante y rachas de viento lateral de hasta 16 metros por segundo-- aconsejaban desviar el vuelo. De hecho, esto fue lo que hizo un vuelo de la compañía rusa Aeroflot tras tres intentos fallidos de aterrizar en Rostov del Don, emprendidos mientras el vuelo FZ 981 de Flydubai sobrevolaba la ciudad.

En un primer momento se creyó que el avión, procedente de Dubai, se estrelló cuando intentaba aterrizar, pero luego se supo que el siniestro tuvo lugar cuando el piloto trataba de dar otra vuelta sobre el aeropuerto. El servicio Flightradar24, que se dedica al seguimiento de vuelos en todo el mundo, fue el primero en apuntar que el Boeing "cogió altura tras enfilar hacia su segundo aterrizaje, y enseguida empezó a caer bruscamente a una velocidad de 21.000 pies al minuto (106 metros por segundo)".

Las imágenes cedidas a medios locales por las autoridades rusas muestran que la aeronave quedó hecha añicos tras el fuerte impacto que sufrió y la explosión que siguió al choque; y los servicios de rescate trabajan en la recogida de los cuerpos de los 55 pasajeros y siete tripulantes fallecidos.

Mientras, investigadores del Comité de Instrucción de Rusia trabajan sobre todas las versiones posibles, "entre ellas un error de la tripulación, un fallo técnico de la aeronave y las malas condiciones meteorológicas", señaló el portavoz de ese órgano judicial, Vladímir Markin. Las autoridades rusas esperan que las dos cajas negras del aparato, que ya han sido localizadas y están en buen estado, ayuden a esclarecer las circunstancias del siniestro, aunque tardarán hasta tres meses en descifrarlas.